
- Los principales índices estadounidenses han registrado caídas en los primeros meses del año, pero tomar medidas sobre algunos factores principales podría impulsar al mercado a superar el bache.
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wall street ha arrancado 2025 con el pie izquierdo. Tras un 2024 de rentabilidades históricas, con un S&P 500 que cerró el año con un avance del 24% y el Nasdaq 100 disparándose más de un 50% impulsado por el auge de la inteligencia artificial, el mercado ha perdido fuelle.
Desde los máximos alcanzados en enero, el S&P 500 ha caído un 6,5%, acercándose a la zona de soporte de los 5.800 puntos, mientras que el Nasdaq 100 ha retrocedido un 9%. El Dow Jones tampoco ha escapado a la presión vendedora, con una caída acumulada del 4,8% en lo que va de marzo. A medida que los inversores intentan descifrar el rumbo del mercado, los analistas identifican tres elementos fundamentales que podrían devolver el impulso a la bolsa estadounidense.
Claridad en la política monetaria
Uno de los principales factores detrás de la incertidumbre en el mercado es la política monetaria. Tras meses en los que los inversores descontaban una serie de recortes de tipos por parte de la Reserva Federal (Fed), el repunte de la inflación ha obligado a la Fed a frenar su hoja de ruta. En su última reunión, el banco central decidió mantener sin cambios los tipos de interés, una pausa inesperada que ha aumentado la presión sobre los mercados.
El problema radica en el equilibrio entre crecimiento e inflación. Con el índice de precios al consumo (IPC) avanzando a su ritmo más alto en 18 meses, la Fed se encuentra en una encrucijada. Javier Molina, analista de eToro, advierte que «los mercados descuentan varios recortes de tipos a lo largo de 2025, pero existe el riesgo de que la Fed no actúe con la rapidez necesaria para contrarrestar la desaceleración económica«.
Si la Fed tarda demasiado en bajar los tipos, la falta de liquidez podría afectar el consumo y la inversión corporativa, profundizando la desaceleración económica. Sin embargo, un recorte prematuro podría alimentar la inflación, lo que pondría en riesgo la estabilidad de los mercados financieros. Según Juan José del Valle, analista de Activotrade, «la evolución del S&P 500 estará atada a la decisión de la Fed sobre los tipos de interés en los próximos meses».
Un factor adicional a considerar es el rendimiento del bono a 10 años, que ha caído por debajo del 4,3%, mientras que el rendimiento del bono a 3 meses lo ha superado. Esta inversión de la curva de rendimientos ha sido históricamente una señal de recesión en Estados Unidos, lo que refuerza la importancia de una actuación clara por parte de la Fed.
Las empresas también han comenzado a mostrar cautela. La inversión en bienes de capital ha disminuido, y algunas compañías han reducido sus planes de expansión ante la incertidumbre macroeconómica. De acuerdo con datos de la Fed, el crédito a empresas ha caído un 2,1% en el último trimestre, lo que refleja una menor disposición de los bancos a financiar nuevos proyectos. Las empresas también han comenzado a mostrar cautela. Una estabilización en el consumo y la inversión permitiría disipar los temores de una recesión prolongada.