
- La administración de EEUU maniobra para llegar a un acuerdo con Ucrania…
- … «a cambio de sus tierras raras», valoradas en 500.000 millones de dólares
- China domina el 70% de las tierras raras a nivel global, frente al 93% de hace 15 años
La lógica de Trump es la del negocio y sabe muy bien lo que quiere: los minerales ucranianos. Bajo el suelo de la exnación soviética se especula con que yacen 17 metales entendidos como tierras raras con una rentabilidad de producción muy cuestionable en estos momentos, ya que solo existen mecanismos para extraer algunos de ellos como el escandio, pero con un componente geopolítico de primer orden. Estados Unidos quiere ser en Occidente lo que China lleva siendo décadas en Oriente, la reina del mercado de las tierras raras.
A nivel global, la nación asiática controla el 70% del mercado mundial, frente al 93% de hace 15 años y a medida que el mundo orienta sus economías hacia el desarrollo del vehículo eléctrico, la energía eólica y equipos electrónicos más eficientes, la demanda de neodimio, praseodimio, disprosio y terbio ha aumentado drásticamente.
Todos estos metales de nombres complejos son necesarios para la fabricación de imanes de alto rendimiento empleados en motores, generadores y componentes electrónicos. Una situación que ha provocado un impulso de las inversiones para la extracción y el reciclaje de tierras raras, pero también disparando las preocupaciones sobre el control y las limitaciones de la cadena de suministro
A nivel general, el sector de las mineras que operan las tierras raras se encuentra en un momento de recuperación tras unos años negativos para los balances de los principales nombres de la industria, en esencia, chinos y estadounidenses.
Albemarle junto con Arcadium Lithium lideran en estos momentos la extracción de litio en EEUU. La primera de ellas, con una capitalización de mercado cercana a los 9.000 millones de euros, registró pérdidas de 1.090 millones en 2024, pero se espera que recupere rentabilidad con 244 millones de beneficio neto en 2026. Para los analistas es un ‘mantener’ con expectativas de que la acción cuente con una proyección alcista de más del 25%. Por su parte, Arcadium Lithium, con 6.200 millones de capitalización, se cree que podría elevar más de un 130% sus ganancias hasta 2026, aunque su acción apenas tiene un 0,15% de potencial.
Complementariamente, en el negociado de las tierras raras, MP Materials es el principal productor fuera de China, con una tamaño que se acerca a los 4.000 millones a pesar de las pérdidas de 60 millones firmadas el año pasado. Los bancos de inversión también prevén que sus cuentas se recuperen en los próximos dos años en los que la acción podría sumar hasta un 5% de valor. Los analistas le cuelgan el cartel de «comprar» al igual que sobre la china China Northern Rare Earth Group High-Tech que domina el sector con una capitalización de 11.400 millones de euros, mostrando una tendencia de beneficio creciente de 310 millones en 2024 a 442 millones en 2026 y un potencial de subida del 11,38%.
En este mercado también toma un papel protagonista el uranio, esencial para la producción de energía nuclear. Uranium Energy y Energy Fuels trabajan para consolidarse como actores clave de la industria. De hecho, los expertos consideran unas perspectivas más optimistas que para el resto del mercado con un potencial alcista de casi el 107% para Uranium Energy y del 127% en el caso de Energy Fuels. Con el cartel de ‘comprar’ a sus espaldas y valoraciones mucho menores que el resto del sector, se espera que pueda volver a ganancias antes de final de década.
Conjuntamente, NioCorp, enfocada en la extracción de niobio, escandio y titanio, es la compañía más pequeña del grupo, con una capitalización de 105 millones de euros y perspectivas más inciertas. Sus pérdidas pasarían de 10 millones en 2024 a 10 millones en 2026, con un potencial del 61,83%, pero con recomendación de ‘comprar’
En los últimos estudios disponibles sobre el futuro de la industria que proyectan que el mercado global de metales de tierras raras alcance una valoración aproximada de 16.260 millones de dólares desde los 7.660 millones actuales para 2032 con una tasa de crecimiento anual compuesta cercana al 9%.
¿Por qué aumenta la demanda de tierras raras?
El aumento del interés sobre las tierras raras es, en esencio, geopolítica. EEUU no está dispuesto a dejar a China controlar la materia prima de la economía del futuro y lo intentará a cualquier precio. De momento, busca un acuerdo con Ucrania -para asegurar la paz dos años después del inicio de la guerra con Rusia- valorado en algo más de 500.000 millones de dólares. Inicialmente, se asumió que estaría relacionado con la explotación de metales de tierras raras en suelo europeo -a pesar de que las ucranianas no son comercializables-, pero posteriormente se ha conocido que también incluye la gestión de parte de la infraestructura ucraniana.
Sea como fuere, el creciente interés del presidente Trump en las tierras raras es manifiesto por la importancia estratégica que Washington le está dando a estos metales que hacen funcionar el mundo tal y como se entiende en la segunda década del siglo XXI: el cerio pule el vidrio mientras que una pantalla táctil sería imposible de fabricar sin utilizar el indio; el tantalio regula la potencia de un teléfono y sin litio las baterías sean de smartphones, vehículos o cualquier otro dispositivo, no podrían funcionar; el itrio se emplea en radares militares, y el germanio y el galio en la producción de semiconductores. De momento, se conoce que en Ucrania existen yacimientos de litio, grafito y más metales raros.
El control de China
A día de hoy, China controla el 98% de la producción de galio y el 67% de germanio y el 90% de la capacidad de procesamiento mundial, según la Agencia Internacional de la Energía, tras una guerra de precios emprendida hace décadas que provocó que muchos países interesados en la extracción de tierras raras ante la estrategia china de ofrecer el producto con hasta un 40% de descuento frente al precio de mercado de estos minerales. Acorde a los datos del Servicio Geológico de Estados Unidos, China posee poco menos de la mitad de las reservas mundiales de tierras raras. Brasil, Australia y la India también tienen yacimientos relevantes.
El interés del Estado chino por el control de este mercado viene de décadas atrás cuando la República Popular comenzó a importar materias primas y recursos energéticos ante el ‘despertar’ económico del dragón dormido. El acceso a las tierras raras baratas favoreció el aterrizaje de las grandes tecnológicas en China para la producción de sus dispositivos. Una gran parte de los productos de Apple, sin ir más lejos, se ensamblan en territorio asiático aunque el diseño proceda de la costa oeste californiana de Estados Unidos donde se levantan las oficinas centrales de la manzana mordida en Cupertino.
Las ansias de Trump
Y todo esto molesta a Donald Trump que quiere tener acceso a los depósitos mundiales de tierra raras sin llegar a descartar que éstas puedan llegar a entrar en la guerra comercial emprendida por el magnate norteamericano contra el gigante asiático sobre el que ya pesan aranceles de hasta el 35% para sus exportaciones hacia la nación estadounidense.
Y es que Washington se revuelve contra sus países considerados ‘enemigos’ por la escasa capacidad que tiene, en estos momentos, para abrir minas de tierras raras y arrancar con la producción real de estos metales. Algo similar sucede en Europa, Ucrania e incluso Rusia. De momento, Moscú abre la puerta a negociar con EEUU el reparto de las tierras raras ucranianas. La consultora canadiense SecDev calculaba en 2022 que Rusia ha llegado a ocupar durante la guerra hasta el 63% de las minas de carbón ucranianas y la mitad de los depósitos de tantalio, manganeso y otras tierras raras. Mientras tanto, Europa sigue sin estar presente en este negocio importando todavía el 98% de los imanes de tierras raras de China, tal y como llega admitir la Comisión Europea.
Así, el país que dirige Volodímir Zelenski posee el 7% de los suministros europeos de titanio, un tercio de los de litio y también berilio, uranio, cobre, plomo, zinc, plata, níquel, cobalto y manganeso, según la agencia estatal de Inspección Geológica de Ucrania.