
- En Japón existen numerosos casos de muerte por exceso de trabajo
- Trabajo se dispone a prohibir períodos de trabajo continuo de 14 días o más
- En abril está pendiente de implementarse una semana laboral de cuatro días
Tal y como reconoce la Organización Internacional del Trabajo (OIT), trabajar más de 48 horas a la semana es excesivo y, por consiguiente, puede traer consecuencias negativas para la salud, la seguridad, la productividad y el equilibrio de la vida personal y laboral del trabajador. Aún así, existen 10 países que superan esta peligrosa cifra, con India a la cabeza, alcanzando las 56 horas. Le siguen: Bután (53,3 horas), Bangladesh (50,4), Uganda (50,3), Camboya (49,5), Pakistán (49,2), Sudán (49), EAU (48,7), Jordania (48,4) y Zimbabue (48,1).
Además de estos países, hay uno que cuenta con una idiosincrasia particular. Con unas teóricas 40 horas semanales de trabajo para los empleados, Japón es conocido por sus extensas jornadas laborales, permitiendo que se trabajen horas extra siempre que haya un acuerdo previo entre jefes y empleados. Lo que comúnmente se conoce como matarse a currar durante días e, incluso, semanas, que puede llegar a producir la muerte. Según el Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar japonés, la muerte súbita de cualquier empleado que trabaja de media más de 65 horas a la semana durante más de un mes puede ser considerada como «karoshi».
Este término, que en español viene a significar «muerte por exceso de trabajo», se reconoció en el país nipón en el año 1987, cuando el ministerio de Salud empezó a recopilar estadísticas. La cultura corporativa en Japón es tan exigente que a menudo espera que los empleados trabajen horas extraordinarias sin remuneración adicional, con un compromiso casi inhumano hacia la productividad y el éxito corporativo. La percepción social de los japoneses es distinta a cualquier otra y suelen establecer una relación directamente proporcional: a más horas trabajadas, mayor lealtad a la empresa. Y es que abandonar la oficina antes del jefe está mal visto, por lo que muchos empleados permanecen en ella hasta la noche.
Todo este exceso puede desencadenar en enfermedades como infartos de miocardio, derrames cerebrales y hasta suicidios, todos ellos relacionados con el estrés laboral, como ya ha ocurrido en bastantes casos confirmados en el país asiático. Posiblemente, el caso más sonado fue el que ocurrió en 2015, con el suicidio de Matsuri Takahashi, una joven empleada de 24 años que había sido contratada por la agencia de publicidad Dentsu. Recién contratada, la joven había estado haciendo más de 100 horas extra a la semana (en una ocasión llegó a hacer más de 130 horas extra) hasta que no pudo más, cayó en una depresión y acabó con su vida.
Otro ejemplo fue el que ocurrió en 2013 (aunque se hizo publico en 2017) con una periodista de la NHK. Miwa Sado, de 31 años, murió por una insuficiencia cardiaca congestiva después de realizar más de 159 horas extras en un mes y librar solo dos días en el mes previo a su muerte. Este suceso derivó en un caso mediático y obligó al gobierno japonés a abordar una cultura de trabajo que lleva a los empleados a trabajar muchas más horas para demostrar su dedicación y compromiso con la empresa. Según el Ejecutivo, más de 2.000 japoneses se suicidaron por estrés entre 2015 y 2016, mientras que otros terminaron con ataques cardíacos, infartos y otras condiciones vinculadas a la presión vivida en el trabajo.
Según un reciente informe recogido por Nippon.com, el 8,4% de los empleados japoneses trabaja más de 60 horas semanales, confirmando que las abusivas jornadas laborales siguen aún vigentes. El informe también reveló que 883 personas que fueron diagnosticadas con trastornos de salud mental estaban directamente relacionados con sus interminables jornadas laborales. Para intentar solucionar este gran problema, el Ministerio de Salud está trabajando para introducir cambios en el actual sistema, que actualmente permite un máximo de 48 días seguidos de trabajo.
Nuevas regulaciones
Para evitar que se den este tipo de situaciones, el Ministerio de Trabajo se dispone a prohibir períodos de trabajo continuo de 14 días o más, con el objetivo principal de salvaguardar la salud de los trabajadores. Este actual sistema se considera que contribuye al estrés psicológico en los trastornos mentales que dan derecho a compensación laboral.
Según la ley actual, los jefes están obligados a conceder a los empleados al menos cuatro días libres cada cuatro semanas. Sin embargo, el sistema permite 48 días consecutivos de trabajo si los primeros cuatro días de las cuatro semanas iniciales de este período y los últimos cuatro días del siguiente período de cuatro semanas se designan como festivos. Además, las empresas pueden exigir a los empleados que trabajen en sus días libres dependiendo de los acuerdos entre los trabajadores y la dirección, lo que permite efectivamente un trabajo continuo e ilimitado.
Semana laboral de cuatro días
Los nuevos datos oficiales mostraron que Japón, la segunda mayor economía de Asia, se encuentra en una situación demográfica alarmante. Una situación que amenaza con romper el sistema de bienestar social y los sectores clave. Y para muestra, un botón: el primer semestre de 2024, el país registró 350.074 nacimientos, un descenso del 5,7% en comparación con el año anterior, representando la tasa más baja desde 1969. Mientras tanto, las muertes alcanzaron las 811.819, un aumento de casi el 2% respecto al mismo periodo del año anterior, según publicó Associated Press. Japón, que cuenta con una población de 124,5 millones de personas, se enfrenta a una proyección que podría disminuir la población en, aproximadamente, un 30%, hasta los 87 millones.
En un esfuerzo por contrarrestar esta preocupante baja tasa de la natalidad y envejecimiento poblacional, el gobierno de Tokio anunció la implementación para abrir de 2025 de una semana laboral de cuatro días para los empleados públicos. Esta nueva propuesta ofrece a los trabajadores más tiempo para atender a sus familias sin llegar a comprometer sus carreras profesionales. Además, añade una nueva política de «licencia parcial con cuidado de niños», que permitirá a algunos padres trabajar dos horas menos por día. «Seguiremos revisando los estilos de trabajo de forma flexible para garantizar que las mujeres no tengan que sacrificar sus carreras debido a acontecimientos de la vida como el parto o la crianza de los hijos», aseguró la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike.
Este nuevo cambio marca un nuevo paso hacia la modernización del modelo laboral en Japón, tradicionalmente marcado por una cultura de trabajo rígida. A largo plazo, estas medidas podrían resultar clave para revitalizar la fuerza laboral del país, aumentar la natalidad y mitigar los efectos negativos de una población envejecida, abriendo paso a un futuro más equilibrado y sostenible.