
- La fortaleza relativa del peso está permitiendo a los equipos pagar fichas altas
- Los equipos argentinos están fiándolo todo a la estabilidad futura del peso
- La moderación de la inflación y la mayor certidumbre anima a los equipos a invertir
La revolución que está sufriendo (o disfrutando, según se mire) la economía argentina tiene un impacto o consecuencia en cada rincón de la economía. Uno de los más claros y deseados era la moderación de la inflación, ese ‘impuesto a los pobres’ que lleva décadas amenazando y machacando a los argentinos. Otro efecto, en este caso menos benigno, igual de llamativo, es el renacimiento que está viviendo el fútbol argentino. Entre la maraña de recortes de gasto, desregulación y batería de diferentes medidas para intentar transformar el país, el deporte que apasiona a los argentinos está despegando y parte del mérito se debe a las políticas implementadas por Javier Milei. Hoy, hasta 20 jugadores de la liga nacional tienen fichas que alcanzan o superan el millón de dólares anuales, algo por lo que nadie habría apostado hace tan solo dos años.
El renacimiento del fútbol argentino bajo la presidencia de Javier Milei tiene una explicación económica clara: la estabilidad cambiaria y el fortalecimiento relativo del peso han permitido a los clubes locales competir en el mercado internacional de fichajes, algo impensable hace apenas unos años. Las políticas de Milei han devuelto la confianza de los inversores en Argentina y la de los propios argentinos. Esto está generando un efecto importante sobre los flujos de capital, lo que a su vez impacta en el peso. Frente a años de depreciación apresurada de la divisa argentina frente al dólar, ahora el peso se encuentra estable, mientras que los argentinos mantienen una mayor porción de sus ahorros en la divisa nacional ante la perspectiva de que se mantenga la estabilidad del tipo de cambio.
Este cambio es, en parte, consecuencia de la ‘motosierra’ de Milei que ha reducido drásticamente el déficit fiscal y ha estabilizado la moneda con unos resultados que incluso han superado las previsiones más optimistas. Tanto es así que algunas empresas de la agricultura que se endeudaban en pesos y luego obtenían sus ingresos en dólares (ganaban con el cambio posterior al entregar dólares y recibir de nuevo pesos) están quebrando y teniendo serios problemas de liquidez por la fortaleza de la divisa argentina. Todo ello ha venido, además, acompañado de la vuelta del crecimiento económico al país, que a falta del dato oficial volvió a expandirse con intensidad en el último trimestre de 2024, según se puede deducir del indicador de estimación de actividad económica.
A ello ha contribuido el control de la inflación, que en poco más de un año ha pasado del 25% mensual al 2,2%, poniendo fin al riesgo de hiperinflación al que se enfrentaba Argentina. Según los datos del Banco Central de Argentina, el peso se encuentra en su nivel más fuerte en una década si se ajusta por inflación. Esto ha incrementado el poder adquisitivo de los argentinos en el extranjero y, al mismo tiempo, ha hecho más competitivos los salarios locales en términos de dólares. Aplicado al fútbol, la mejora del tipo de cambio ha permitido que los clubes argentinos retengan talento y hasta recuperen jugadores que habían emigrado a ligas menos potentes como la paraguaya o la boliviana.
Lo cierto es que el efecto cambiario palia una de las grandes brechas del fútbol patrio, la gran pasión de los argentinos, extendiendo la ‘luna de miel’ del mandatario con sus ciudadanos tras las dudas iniciales. Sumida en un interminable serial de series de crisis económicas, el balompié local lleva décadas exportando a regañadientes a sus mejores jugadores de fútbol. Por muy apasionados que sean los hinchas locales, los clubes argentinos no han tenido tradicionalmente el poder financiero necesario para competir con los grandes contratos que se ofrecían en Europa y, recientemente, en países vecinos con ligas menos mediáticas.
Jugadores que ganan más de un millón de dólares
De repente, hay más de 20 jugadores que ganan un millón de dólares o más al año en la liga argentina, cuando hace un par de años ni siquiera llegaban a una decena. Los últimos ejemplos son bastante ilustrativos. En enero, River Plate, uno de los dos grandes históricos de la liga argentina, desembolsó 10 millones de dólares para atraer a su país al centrocampista estrella Sebastián Driussi, causando una sorpresa mayúscula.