
- Las políticas de Donald Trump afectan al ‘momentum’ del ciclo económico
- El bono de EEUU baja del 4,3% mientras Wall Street sube en torno a un 1%
- El mercado aún baraja dos recortes de tipos de interés en EEUU
La reflación es uno de los mayores riesgos para una economía. El estancamiento del crecimiento con precios que vuelven a subir pueden hacer descarrilar a la economía mejor preparada. Este temor prolifera de nuevo en el mercado. El reloj de la inversión no avanza hacia el siguiente cuarto horario ni se mantiene en la zona de recuperación. Los riegos geopolíticos, las políticas expansivas de Trump y la guerra comercial mueven la manecilla en sentido antihorario y acercan peligrosamente al minutero a la zona de la reflación, donde chocan los estímulos para revitalizar la economía con unos tipos de interés altos para contrarrestar la inflación.
El reloj de la inversión es un modelo creado por Trevor Greetham, director de multiactivos en Royal London AM, para guiar las estrategias de asignación de activos en función del momento en el que se encuentre el ciclo económico. Desde septiembre del año pasado, la aguja de este reloj estuvo marcando que el crecimiento estaba garantizado sin que la inflación fuera un problema. Este entorno de recuperación es ideal para activos como la renta variable, según el reloj de Greethan, y es algo que se pudo ver también en la evolución de los principales índices europeos en enero y primera parte de febrero de 2025.
Pero esto ha cambiado. Quizá Donald Trump no sea ‘rey’ de Estados Unidos, como se autoproclamó la semana pasada, pero sí mueve la coronadel reloj a su antojo y, con ella, las manecillas del momentum del ciclo económico. El nuevo gobierno de Donald Trump marca una política reflacionista que tendrá efectos a escala global, como alertaron desde el equipo de economistas de Schroders. Es decir, las medidas migratorias, los aranceles comerciales y el nuevo marco regulatorio para las empresas estadounidenses son «un riesgo creciente que frena cualquier mejora de las cifras de inflación subyacente», como indican desde Schroders.
La Reserva Federal de Estados Unidos podría encontrar en este entorno de inflación pegajosa un pretexto para mantener los tipos de interés más altos y más tiempo del que espera el mercado en la actualidad. Según los contratos financieros OIS (overnight indexed swaps, contratos de tipo cambiario que se utilizan para proyectar dónde estarán los tipos en el corto y medio plazo) la Reserva Federal de Estados Unidos realizará dos recortes de tipos de interés en 2025. Es la misma previsión que se proyectaba el primero de enero de este año, pero entonces se descontaba el primer ajuste para marzo o mayo y ahora se espera que no llegue hasta la reunión de la Fed planificada para junio, como pronto. «La Fed se mantendrá a la espera y pausará los ciclos de recortes para evaluar los datos económicos. […] la inflación sigue siendo una preocupación inminente», explica el analista de Natixis IM, Jack Janasiewicz.
Mientras tanto, las expectativas de crecimiento de la economía estadounidense se resienten. El consenso de mercado que recoge Bloomberg considera que el PIB de EEUU crecerá un 2,3% en 2025. Son 20 puntos básicos más de los proyectados por el mercado al cierre del 2024. Y mientras tanto, la inflación seguiría en el 2,8%, todavía por encima del objetivo que persigue la Reserva Federal de Estados Unidos. Del mismo modo, las expectativas señalan que los precios en Estados Unidos crecerán más que la economía hasta 2027. Mientras tanto, en la eurozona el crecimiento para 2025 se quedaría en el 0,9% con un índice de precios en el 2,1%, según los expertos.
La aversión a un aumento de la inflación se aprecia también en la evolución del precio de los bonos en el mercado secundario. La rentabilidad de los títulos de la deuda de Estados Unidos a diez años cae al 4,3%. Es la referencia a diez años que más retrocede en 2025 (22 puntos básicos) entre los bonos soberanos, mientras el bono alemán con el mismo vencimiento se sitúa en el 2,48% (sube 12 puntos básicos en el año). Y es que en Europa pesa el resultado electoral en Alemania y el posible plan de emergencia de gasto en Defensa que amenaza con elevar el déficit nacional.
Pero que las compras se mantengan en la renta fija y en el mercado de deuda soberana en Estados Unidos, en particular, no es una señal de que la inflación ya no esté entre las preocupaciones de los inversores. Las nuevas relaciones diplomáticas que se están dibujando con la Administración Trump hará que el mercado vuelva a depender de los datos macroeconómicos para estimar dónde situarán los bancos centrales su tipo neutral. «Los cambios políticos tendrán repercusiones económicas. Es posible que persista una inflación estructuralmente alta y un crecimiento global más débil en comparación con la era ricitos de oro de la globalización», comenta el estratega geopolítico de Wellington management, Thomas Mucha.
¿Qué ‘hora’ da el reloj de la inversión?
La manecilla del reloj está a punto de retroceder a la zona de reflación, donde los bonos soberanos y los valores entre el crecimiento y un perfil defensivo estarían mejor posicionados para ese momento del ciclo, según el modelo de Royal London AM. También sería el mejor entorno para los metales preciosos como el oro, que no detiene su rally este 2025. «Si se eliminan los crecientes riesgos de precios al alza, el rezagado que se inclina hacia la reflación es el índice de precios de materias primas», comenta el analista de Bloomberg, Mike McGlone. Sin embargo, el reloj aún no está en este punto.
El responsable de la firma, Trevor Greetam, todavía mantiene una posición sobreponderada en renta variable. «A pesar del aumento de la volatilidad del mercado, las condiciones macroeconómicas subyacentes son favorables para las acciones, ya que los bancos centrales están flexibilizando su política», explica el experto de Rotal London AM. Sin embargo, aumentan su posición en materias primas por ese riesgo geopolítico a la par que infraponderan en bonos por esas presiones inflacionarias que podrían hacer que los rendimientos suban a partir de ahora. Es decir, se mueven entre el escenario de reflación y el de recuperación.